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martes, 1 de julio de 2014

TP 80 2014. Al final, más 90 que 80 (más épico!!!!)

Nueva cita con el Ultrafondo. TP 80 2014. Avisaban de que se iba con el nuevo recorrido a 86 kms, aunque al final, hubo casi 4 de regalo…

Por fin, después de 6 meses de entrenamiento, llegaba el momento. Muchas ganas ya, de poder correr por correr, de no tener que estar pensando en llevar la mochila, en planificar recorridos que se ajustasen a determinado kilometraje, en cuadrar la vida familiar con las tiradas de los findes, etc. Es verdad que las carreras se disfrutan, y mucho, pero el sacrificio del amateur es demasiado. Y no por la dureza de los entrenos, sino por la cantidad de tiempo que hay que dedicarle. Y más que a cada tirada en sí, al total. En mi caso, 6 meses. Que sobre todo, al final, ya por junio, cuestan mucho…

Después de haber superado la prueba del TP 60 en 2013 más que satisfactoriamente, por todo lo que disfruté la carrera, las buenas sensaciones y sobre todo, sin lesión alguna ni molestia, en principio, drogado por las endorfinas, pensé en que en 2014 tocaban los 110. Así, en frío, a bocajarro.

Pero pasado el verano, intentando preparar como pude el Maratón de la Montaña Solidaria en el Escorial, que corrí muy relajado, porque la semana anterior, sufrí psicológicamente como un bellaco el Cross de la Cuerda Larga, me di cuenta de que a la montaña hay que tenerle respeto, y que las carreras hay que prepararlas bien. Para no sufrir más de lo debido, para disfrutarlas y para no lesionarse. Así que siendo coherente con el tiempo del que dispongo para entrenar, me apunté a los 80.

De cara al TP 80, intenté seguir el plan de los 101 de Ronda, aunque lo varié bastante: los lunes nadaba, martes y miércoles corría (los martes hacía calidad, aunque series he hecho pocas, muy pocas, y los miércoles salía con Militano, bastante fuerte). Los jueves una horita de spinning y los findes tirada larga. Además, mucho core, y para fortalecimiento muscular, PaleoTraining, que me ha venido genial.

El año pasado salí mucho con Dani y Mac, mucha calidad los findes; este año ha sido más plano, y tenía miedo de sufrir por esa falta de entrenamiento técnico, aunque he respondido mucho mejor de lo que creía. Y en lo que me he equivocado ha sido en correr muchas carreras. Aparte de la pasta invertida, mentalmente estresa mucho y el planning se va a tomar por saco, porque antes de cada carrera tocaba tapering, y después, aunque en las carreras no iba a muerte, había que recuperar. Sí que es verdad que las carreras son un entrenamiento de más calidad que una tirada normal, pero alteran demasiado la “vida familiar”… Pero lo positivo es que todas esas carreras me han ayudado a aprender a sufrir, a dosificarme y a acostumbrarme a estar mucho tiempo en movimiento.

Así las cosas, a pesar de tener mis temores, tenía muchas ganas de correr. Después del Reto Solidario, y de lo mal que lo pasé, me daba mucho miedo volver a sufrir tanto muscularmente. Psicológicamente sabía que no, porque en una carrera, aunque no vayas con nadie, vas con todos, y yo no tengo problemas para hacer “amiguitos”… jajajaajj. Al final, acabé de charleta con Efrén, parte de Valsaín, el arrastradero y el Camino Schmidt, y con Guillermo la pista de la Barranca y la entrada en meta. Un abrazo fuerte para los dos.

Después del Reto, el reto fue recuperarme de los dolores (en concreto, de la sobrecarga del glúteo, que me traía por la calle de la amargura), pero no perder la forma. Tenía un mes para ello, antes de volver al tapering pre-carrera. Con tranquilidad lo conseguí, porque de estar podrido pasé a tener muchas ganas de la carrera, y el dolor prácticamente había desaparecido. Además, me sentía descansado y muy ligero corriendo.

Por fin llega el viernes 27 de Junio. Recojo el dorsal con los enanos (Lucas estaba más nervioso que yo, y Samuel contagiado… menudo espectáculo en el polideportivo de Navacerrada). Vuelta a casa y vuelta a Navacerrada para la charla técnica. Vamos, tarde tranquilita… Cenando pronto, y a las 10, a intentar dormir, sin resultado. Por suerte, me dormía a las 11 y poco.

A la mañana siguiente, a las 3 arriba, abdominales y flexiones, y a prepararse para la faena. Desayuno en el baño, para no molestar, y a untarse de vaselina. Saliendo de casa a las 4 para intentar aparcar lo más cerca de lo posible de la meta. Sitio de lujo, y paseíto hasta la plaza de Toros. El bus que nos llevaría a Miraflores ya estaba aparcado y dejaban subir. Organización perfecta, mucho mejor que la del año pasado, que tuvimos que esperar. A sentarse dentro, aunque en la calle se estaba de vicio, y de charleta y risas. Por cierto, fui sentado con Ismael, el que quedó 3º, ya me advertía que tenía ganas de correr…

No estaba borracho antes de empezar, era por el flashazo... jajajaja
Llegamos a Miraflores, a moverse un rato, para calentar. Veo a Pablo, a Carmen, a Diego y a Edu y a Victor. Salgo con Diego, pero ya me había dicho que iba con ánimo de retirarse en Rascafría, y en los primeros pasos le dejo atrás. Empieza la carrera!!!!

Con Diego, antes de empezar. Se retiró en la Granja, el bandido, y eso que llegó antes que yo...
 Primero asfalto y luego pista, y aunque el camino pica, como las fuerzas están intactas, no se para de correr. La carrera ya se estira. Y el ritmo, si te dejas llevar, se dispara, así que paro a quitarme el cortavientos para no pegarme la sudada y que en la Cuerda pase frío. Retomo carrera y al trote.

Hacia la Hoya de San Blas
Dejamos el arbolado y la majestuosidad de la Montaña se alza ante nosotros. La pared de la Cuerda Larga aparece. Y aunque acojona pensar que hay que subir, se sube. Dejamos la pista, y empezamos a ascender por un sendero de montaña. No muy roto, pero con mucha vegetación (se nota que no es muy transitado) y con pendiente suficiente para tener que andar y reservar fuerzas. Después de unas zetas, empieza el terreno complicado y abierto, ya vemos la pared completamente, y a la fila de corredores ascendiendo. Es verdad que es empinado, pero en muchos tramos se va a cota, por lo que el ascenso no cuesta demasiado. Después de un rato, llegamos a la cuerda y las vistas no pueden ser mejores. Además, se puede trotar!!!. Subimos a la Najarra, y para abajo a la Morcuera, con tranquilidad que la bajada tiene pendiente y además, hay que buscar el camino. Esta parte me costó, se me hizo larga y la subida en ocasiones dura. Y fantaseé con la retirada, pero después de pensar “mi familia, con todo lo que me aguanta, no se merece que abandone”, me cambió el chip, y se me afiló el diente.
En la Hoya
 
Pillando altura
Llegando a la Najarra

Vistas desde la Cuerda
Llego a la Morcuera, sólo 12 mins por encima de lo estimado. Este primer tramo me agobiaba. Había pensado en hacerlo por mi cuenta, pero no pude, y sabía que la subida era larga, y el corte era ajustado. Pero llegué con 45 mins de adelanto sobre el cierre de control. Así muy bien, tranquilo por el momento. Control, avituallamiento y a seguir.

De Morcuera a Rascafría, por pista ancha, pisada, cuesta abajo (sólo algún repecho al principio), entre árboles, con primeras luces de mañana… precioso. El problema es que la pista invita al “encebolle”. Se puede correr y correr, y al ritmo que quieras, pero son 10 kms hasta el Puente del Perdón y 2 más hasta el avituallamiento de Rascafría, y se hacen largo. Y pueden pasar factura. Así que a correr, pero tranquilo. La gente se debió despendolar, porque fui prácticamente solo todo el camino. Casi hasta el final, donde ya me encontraba a corredores a los que pasaba, y primeros signos de vida dominguera. Cruzando el puente, me hacen una foto, y una entrevista!!!! Espero que me saquen en el video… Después de la entrevista, cojo el carril paralelo a la carretera, y sigo corriendo. Es llano, tengo piernas y son 2 kms que se pueden hacer eternos. En algún momento tengo ganas de parar, pero me obligo a seguir. Después venía el Reventón, donde me iba a hartar de andar, así que había que aprovechar este tramo.

Saliendo de la Morcuera, empieza la pista

Qué bonito, coña

Ya se va viendo lo que queda...
Llego a Rascafría, ambientazo en el avituallamiento, me encuentro a Pilar saliendo y me echo unas risas. Fotillo, control de material y a papear. Como bien, recargo líquido. Charlo con un chaval (de cuyo nombre no me acuerdo, nada raro en mí…), muy majete y al que últimamente veo en todas las carreras, y suele ir de voluntario. Me voy con mucho ánimo para el Reventón, y aunque había pensado en correr, ni de blas. Es curioso cómo cambia la perspectiva de un año para otro y en función del esfuerzo. El año pasado empezamos la carrera aquí, así que estábamos súper frescos; este año, ya llevaba 30 kms, muy entero y con todas las ganas del mundo, pero pensando en lo que me quedaba, ni de coña correr. Saco los bastones, y a subir.

Con cara de alelao... de ahí venimos

Repechín antes del avituallamiento

Hada Madrina!!!

Origen: Rascafría. Destino: Peñalara
Primero, a cruzar el Robledal, que este año se me hizo mucho más largo, y mucho bochornazo. El terreno muy erosionado, con la inclinación ni me planteaba correr pero con las lluvias el terreno estaba con unos surcos complicados incluso para andar y que dificultaban el adelantar. Me puse las pilas, y a andar deprisa. Y pasé mucha mucha gente. Los despendolaos de la pista de la Morcuera (los cuñaos, entre otros… jajajaaj aunque a ellos no los pasé). La verdad es que da ánimo pasar a gente, coño. Ver que vas mucho mejor que otros ayuda.

Terminado el Robledal, se coge la pista del Reventón, con una inclinación que no recordaba. El año pasado las rectas las hice corriendo y las curvas andando. Este año, al ver el primer repecho, descarté cualquier atisbo de carrera. Con bastones y paso ligero, misma tónica que en el Robledal; dejando mucha gente atrás. El problema no eran los de 110, que es absolutamente lógico y normal que esta parte se la tomen con tranquilidad, con 60 kms a las espaldas. El problema lo tienen los de 80 que van a rastras, que “sólo” llevábamos 30 kms, y quedaban 50, o peor, algunos de 60, que sólo con 20 kms ya estaban destrozaos… Primero, hay que saber gestionar bien la carrera, e ir de menos a más, y segundo, y más importante, hay que entrenar las carreras, y no apuntarse porque está de moda…. Que luego se puede dar mal, que te salga una ampolla, o torcerte un tobillo, pero que no sea por falta de preparación.

Vistas desde el Reventón
Charlando con unos y otros, cojo a Pilar, con la que llego “en animada charla” (jejejeje) al avituallamiento. La verdad es que el tiempo fue muy benévolo, porque corría una ligera brisa y el sol no pegaba mucho, así que la subida no se hizo excesivamente dura. Es más pestosa que dura, porque tampoco es que tenga mucha inclinación y es una pista sin complicación técnica, pero se hace larga.

Mucho ambientillo en el puesto, y un susto, porque nos dijeron que el del Raso del Pino, nuevo este año, lo habían quitado. Sin avisar. Nos mosqueó un poco, pero bueno, el año pasado no estaba, así que a recargar bien de agua a y a tirar. Me quito las zapas para limpiar la arena y piedrecillas y veo que en el dedo gordo del pie izquierdo tengo un tomate que me asoma la uña… a tomar por saco los calcetos. Menos mal que llevo otros de recambio, así que no me preocupo. Y a tirar a Peñalara.

Ambientillo en el avituallamiento
En el control, otra entrevista!!!! Jajajajaj. La cámara me quiere!!!!. Como no salga en el vídeo…. Jajajajaja. La verdad es que recordaba esta parte como entretenida pero larga por los toboganes. Primero subimos al Alto de los Poyales, desde el que se ve perfectamente la explanada que lleva a Peñalara. Majestuosa!!! Ganas de canchal, coño!!!! Y como sucede en Cabeza de Hierro Menor, donde engaña Valdemartín, aquí engaña el Alto del Nevero. Que hay que subir para luego bajar a la Laguna y luego ya subir… Me encuentro a Pablo y le veo muy bien. Ole!!! Campeón!!! Acabó muy bien. Cumpliendo sueños!!! Con su ejemplo deja bien claro que todo está en la mente y en la voluntad, que la edad no importa, si se tienen ganas!!!!

Alto de Poyales

Lara
 Ambientazo de corredores descansando en la Laguna. Guardo los bastones, para que no me molestasen como el año pasado, y empiezo a subir. La visión de la pared acojona, pero se hace corta. Mucho viento y frío. Aguanto sin ponerme el cortavientos, pero es más por no parar, quitarme la mochila, etc. El canchal se pasa rapidito y me acuerdo de Dani, cómo le gustan estos pasitos… jajajaja Al llegar a Peñalara, un corredor está resguardado con corte de digestión, hecho polvo. Otro vi en el Reventón, tirado en la cuneta echando hasta la primera papilla, pero aquí la situación es mucho más jodida. Corono, control, los voluntarios animando a saco (qué grandes!!!!) y bajada hacia la Granja. Me paro a abrigarme porque lo del corte de digestión me ha acojonado (el hipocondriaco que hay en mí se libera…. Jajajaaj)

Empieza lo bueno...
Sigue, por el canchal...

y termina, joooo
 La bajada por la majada hambrienta se hace larga y dura, primero hasta llegar donde empieza la inclinación de verdad, y una vez llegados allí, por lo que sufren las rodillas. Aunque me salgo del camino, al final (aunque hay mil caminos para bajar), por fin llego al chozo, y ando, no corro como el año pasado, para poder recuperar. Cuando empieza la fronda, decido empezar a correr, para que el tramo hasta la Granja no se haga tan largo. Y es que son 9 kms que andando se pueden hacer eternos. Sorprendentemente, sí que hay avituallamiento en el Raso del Pino!!! Pero cómo rompe la carrera Peñalara, que en este avituallamiento somos 4 gatos. Me entero de que la de 60 la ha ganado Castán, menudo salvaje. Y sigo. Con cuidado, pero corriendo. Aguanto bastante, aunque algunos tramos los hago andando. Y se me hace mucho más corto que el año pasado. Durante un rato, voy solo, pero al final me engancho a gente, y acabo de charleta con un chaval.

Bajando a la Granja
Ambientillo en la Granja, mucha animación, que da mucha vidilla. Casi las 5 de tarde, buena hora para comer… jajajajaja. Poca gente en el avituallamiento, en comparación con el año pasado (llegué aquí a las 13.00). Como bien. La pasta sabe a gloria, y como queso y más queso. Llamo a Marta, y como en todas las ocasiones anteriores, me encuentra muy bien. Y es que estaba muy bien. Desde aquí ya sólo faltan 30 kms. Que se hacen largos, pero son fáciles, y sirven para recuperar.

Recién comidos...
Salgo andando, para asentar un poco la comida, me encuentro a Guadarrama Trail, que mira que es majo, y en cuanto pillamos el sendero, aprovechando que la temperatura no era muy alta, estaba nubladete y había brisilla, empiezo a correr, hay que aprovechar mientras haya ganas!!!! Paso a muchos corredores que me miran asombrados porque voy corriendo… jajajaja. Me paro cuando hay escaleras o cuando toca adelantar, pero todo el Camino de las Pesquerías me lo quito rápido corriendo. Cruzo la carretera, y entro en Valsaín. A correr en cuanto se pueda. La primera parte la hago corriendo, más trotando, pero se notan las más de 10 horas que llevo en carrera, y dejo de correr para empezar a andar. Me lo planteo como una recuperación para la última parte. Es más respecto y afán por reservar para lo que quedaba, que por problemas musculares. Cuadriceps perfectos, ni una molestia. Y mira que en el reto sufrí, que no podía casi andar. Y aquí con el triple de desnivel acumulado, fresco como una lechuga… A paso muy rápido, voy consumiendo camino. Y cuando llego a la zona donde estuve con la family el Viernes Santo me alegro mucho. Qué buen día pasamos!!! Pocos paseantes, el día no invitaba, pero que dan ánimos y se agradece muchísimo. Cada vez veo a menos corredores. Al final, nos juntamos un grupo, y acabamos charlando. El año pasado esta parte costó, por el calor, y por toda la vuelta que dimos hasta la Casa de la Pesca, pero este año llegamos directo, cuando ya nos empezaba a extrañar que tardásemos tanto.


Buenos recuerdos!!!
En la Casa de la Pesca sí que hay gente, descansando para el último tramo, y están los compis de Amparo. Me presento, saben quién soy y nos reímos un rato. Y es que hay que tener buen ánimo, y disfrutar. Que se sufre, pero si de vez en cuando charlas con la gente, con otros corredores, con los voluntarios que son  magníficos, la carrera se hace mucho más llevadera. Fotillo y a seguir. A por el arrastradero!!!!     


El escenario “prehistórico”, la senda entre helechos, magnífica, y la subidita tendida hasta el arrastradero se hace llevadera, de charla con Efrén, el astur. Espero que te salga muy bien el Mont Blanc!!! Llega el arrastradero y toca dejar de hablar. A apretar el culo, mirada al suelo, y pasito corto. Apoyado en los bastones, sin prisa pero sin pausa. Y en 20 mins, estaba hecho!!! “Jo, que pooooocooooo!!!! Jajajaajjaajajaj


Empieza el arrastradero, ganasssssss!!!!!
Llegamos a la Fuenfría y a tirar por el Schmidt. Sin parar, aunque andando, ritmo infernal. Nos dábamos con los bastones!!! En cuanto recuperamos un poco, las bajadas corriendo. Y la hora que nos llevó se hizo corta, porque la meta estaba a la vuelta de la esquina (del emburriadero).

Control en el Puerto, un poco de queso y a seguir, que quiero llegar ya!!!! Intento subir corriendo el Emburriadero, pero cuesta, así que ando muy deprisa. Y cuando toca bajada, a correr. Pidiendo paso a la gente, que subidón!!!! Bajo un tramo largo, con mucho cuidado, que el terreno es peligros, y la caída puede hacer pupa, pero toca parar porque las piernas se cargan. Ando hasta la pista, y el tramo atrochando lo hago con cuidado, porque me noto torpe, pero en cuanto pillo pista, a correr!!! Tampoco es que fuese un prodigio de velocidad, pero iba a mis buenos 5 y pico, con 85 kms en las piernas.
Vista del Puerto desde el emburriadero
Paso el control de la Barranca, y aunque sabía que el tramo final se hace largo, las ganas por llegar lo hace más largo. Pero me engancho a Guillermo, a quien había pasado antes y había decidido correr, y terminamos los dos juntos de charleta. El repecho después del paso canadiense lo hacemos andando, pero en la carretera vuelta a la carga. Y en Navacerrada entramos con muchas ganas!!! Cuando pasamos por las terrazas, la gente animando te hace el tío más feliz del mundo, y ver a tu familia en la meta, es lo más grande!!! Llego hasta ellos, y no puedo estar más contento, porque he llegado, lo he hecho, a pesar de lo cansado que estaba ya al final de la preparación y que no sabía si se me iba a dar bien o no, si me iba a costar mucho o no, y sobre todo, porque me ven muy bien. Y entro en meta esprintando con Lucas!!!!

Fui el último de los compis en entrar a meta (Sumi se retiró, el sueño le pasó factura). Victor y Edu hicieron tiempazo, Pablo lo consiguió, Dani cumplió su reto. Mac no corrió, pero estuvo en espíritu (y en el whatsapp… sin batería acabé, de tanto mensajito, jajajajaj). Enhorabuena a todos!!!!

A pesar del ánimo un poco sombrío con el que empecé, agobiado porque no quería llegar tarde a casa, porque Marta también se merecía su tiempo, en la cuerda cambié el chip y disfruté como un loco de toda la carrera. No tuve dolores, y conseguí cumplir con los ritmos previstos. Me lo pasé muy bien con la gente, y me di cuenta de que si estás bien de coco, los kilómetros caen como churros!!!!


Gracias a todos los que me habéis acompañado, pero sobre todo, gracias a mi familia por aguantar mis neuras. Todo esto va por vosotros. Os quiero.
Pobres calcetos

El polvo del camino
Para ser feliz, sólo hace falta la sonrisa de un niño orgulloso de entrar corriendo en meta con su papá y aplaudido por el público...

2 comentarios:

  1. Una vez más, una gran crónica. Tenemos algunas fotos iguales. Deseando estoy de hacer una salidita veraniega por la sierra.

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  2. Menuda crónica!!!! Cuando sea un poco "más mayor" haré lo mismo, jeje.
    Bueno, ya estamos preparados para que el año que viene hablemos del 110???
    Salu2 campeón
    Pablo

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