Datos personales

sábado, 27 de julio de 2013

¿Planning para las carreras o "mess training"?

A la hora de preparar una carrera, qué debemos hacer? Seguir un plan de carreras o, como dice mi amigo Dani, guiarnos por el "mess training"? Corremos según se pueda, en función de nuestras circunstancias (al final, es verdad que todo suma), o seguimos un plan, adecuado a nuestras posibilidades?

According to my experience, como dicen los modernos, creo que, siempre que se pueda, es mejor seguir un plan, sin duda.

Digo que según se pueda, porque es verdad que muchas veces, por circunstancias familiares o laborales, es muy difícil sacar el tiempo que se necesita para seguir adecuadamente un plan de carreras, pero también es verdad que si nos vamos a enfrentar a un reto mínimamente "serio" (mínimo maratón) no hay más huevos que prepararlo bien, para terminar sin sufrir como un maldito y, lo más importante, sin lesionarse (y por supuesto, con ganas de más...).

Yo no lo hice hasta mi 2do maratón, y la diferencia con el primero fue abismal; reduje en más de una hora el tiempo (de 5.04 a 4.01), y disfruté, mientras que en el primero sufrí (era lo previsible, era mi primer maratón, pero es que yo lo pasé muy muy malamente - recuerdo pararme para saludar a mi mujer casi en la meta, me dijo que no me parase y la dije que llevaba andando 2 horas... Jajaja).

Yo nunca he sido un gran deportista; era un niño gordo, pero gordo que te cagas (con 12 años, pesaba 73 kilos), y el deporte definitivamente no era lo mío. Con 12 años, fui a un endocrino, y adelgacé 18 kilos en 6 meses. A partir de ahí, algo hacía, pero nunca en serio. En el instituto, mo empecé a correr en serio hasta 3o de BUP, cuando me tocó un profesor de gimnasia, Agustín, al que le gustaba mucho el atletismo. En COU, seguía corriendo para mantenerme, ya que no tenía gimnasia. En verano, jugaba al basket (pachangas en mi urbanización en Villalba) y montaba en bici (como medio de transporte para ir de un sitio a otro), iba al gym (al KC en Villalba, qué recuerdos!!!) a hacer el moñas con las pesas y poco más. En la universidad seguía corriendo, pero salía 20 ó 30 mins, como mucho. Ya trabajando, empecé a ir al gym en serio (Zest en Villalba), pero sin centrarme en nada en concreto; hacía spinning, cinta, eliptica, algo de pesillas, fit-box, etc, lo justo para mantenerme en forma (aunque sin conseguirlo demasiado - llegué a pesar 87 kilos, estaba hecho un castor, jajaja). Me lo pasaba muy bien (las cenas después de las clases de fit-box eran lo mejor, jejeje), pero no me centraba ni mejoraba en nada.

Cuando Marta se queda embarazada de nuestro hijo mayor y deja el gimnasio, yo espero a que me acabe la anualidad y me paso al Holiday Gym. Iba al de Azca, ya que trabajaba al lado, y empiezo a correr con mi compi Laura y un grupete del gimnasio; íbamos hasta la Dehesa de la Villa y volvíamos.

Estaban muy bien aquellos paseos. Y me empieza a picar el gusanillo de correr.

Corro mi primera popular en agosto de 2008, la Nike Human Race. Recorrido precioso: Retiro, Libreros, Castellana, Cortes, Carrera de San Jerónimo, Puerta del Sol, Plaza Mayor!, Calle Mayor, Paseo de la Florida, Casa de Campo y final en el Madrid Arena. 10 Kms súper guapos. Iba con muchos nervios, acojonao, y la hice en 56 y pico, pero como no la había preparado nada, aunque fui reservón, en el arreón de la cuesta de Lago casi me da un infarto. Llegué asfixiao... Seguí corriendo, a la buena de Dios, y en el 2010, hice mi primera Tragamillas (una media), ya un clásico de la sierra. Igual, sin preparación alguna, más que correr con cierta frecuencia. La hago en 2.03, tiempo respetable teniendo en cuenta el rompepiernas que es la carrera, pero acabo mal, no de morirme, pero sí que al final iba hecho polvo.

Empiezo a correr más en serio, y en noviembre decido presentarme al Mapoma. Fue un calentón, más que otra cosa, pero ya me empezaba a sonar lo del plan. Investigo, y doy con un uno que en su momento me pareció aceptable, pero que acabó siendo pernicioso; consistía básicamente en correr, ni más ni menos. A ver, que para preparar un maratón (o algo peor...) claro que hay que correr, pero con cabeza, de manera inteligente, nada de correr por correr. Así, no se progresa, y lo único que se consigue es acabar quemado, o lesionado. El plan variaba las distancias en función de las semanas, pero nada de series, cuestas, etc. Para más inri, en mi ignorancia (si para un maratón, con correr mucho, basta...), lo que hice yo fue aumentar la carga. Empecé a hacer largas en noviembre, 5 meses antes. Eso sí, progresivas (algo de cabeza, tenía... Jajajaja). 1,5 h, 2 h, 2.20, y así hasta 3 h, dos veces, siempre por asfalto... Así me pasó, que llegué absolutamente fundido. Y acabé, sí, acabé, en 5.04.

Aunque esto es como las borracheras (a Dios pongo por testigo que nunca más volveré a beber :)), después de un tiempo de análisis y reflexión (es alucinante cómo se te queda grabado cada minuto de la carrera), me apunté de nuevo, y esta vez, sí que me preparé mejor. Seguí un plan de Runner's World, para bajar de 3.45. Eran 12 semanas, pero controlando ritmos, con cuestas, series, tiradas largas de máximo 2 horas (progresivas), etc. En defintiva, corrí de manera inteligente. Y el resultado fue radicalmente distinto al del año anterior; terminé en 4.01, y disfruté de la carrera.

Sufrí, claro está (42 k en Madrid se sufren), pero me divertí muchísimo, y la recuperación fue mucho más rápida y mejor.

Después del Mapoma, me pasé al minimalismo (esa historia -de miedo... Jajaja - la contaré en otra entrada); hice en noviembre mi primera carrera de trail (y me enamoré definitivamente del campete), y decidí correr un ultra. En otra entrada contaré cómo la preparé, pero corrí, como parte del entreno el Mapoma de este año, que sufrí un poco más que el del año pasado, pero no por falta de preparación, sino por falta de "adaptación al medio"...

En esa preparación no faltó un plan (realmente, hubo dos), y el resultado no pudo ser mejor; después de 60 km (algunos, de alta montaña), 5.000 m de desnivel acumulado y 10 horas y 35 minutos de carrera, no es que me lo pasase bien, es que no me lo pude pasar mejor!!! Y acabé en mejores condiciones que en cualquiera de los tres maratones anteriores (de hecho, luego me fui de barbacoa hasta las 2 de la mañana...).

Por supuesto que si te puedes permitir un entrenador personal, hazlo! (se reduce el riesgo de lesiones y el plan va a ser mucho más personalizado, y los resultados, siempre que se tenga constancia y se trabaje duro, van a ser mucho mejores - Víctor, que sepas que Cris, Edu y yo te tenemos envidia... Jajaja), pero en la era de Internet, se pueden conseguir cientos, si no miles de planes, para todos los gustos. Siempre y cuando se sea consciente de las circunstancias personales de cada uno, se sea humilde y se pretendan conseguir resultados razonables (aumque es necesaria una pizca de ambición), sin lesiones y disfrutando de las carreras y de los retos conseguidos, y quedando ganas de superarse.

El plan permite progresar, ir poco a poco, adaptando el esfuerzo.

El plan contempla periodos de descanso y regula las pautas de entrenamiento, por lo que minimiza el riesgo de lesión.

El plan enseña a sufrir (lo duro no es la carrera, es el viaje en sí). Te prepara para saber cómo gestionar el sufrimiento del día de la carrera, cómo enfrentarlo y salir victorioso.

Ahora bien, el plan, si se quieren garantías de exito, hay que seguirlo, hay que "serle fiel". Ha de cumplirse, y no valen excusas, hay que hacer lo que toca hacer. Sólo así se saldrá victorioso de la prueba (el camino del samurai...).

No obstante, aunque si bien hay que comprometerse, tambien hay que ser flexible. Si un día no se puede salir, no pasa nada, se pueden hacer otras cosas (todo suma); lo importante es el todo, no la parte, un día no va a echar por la borda meses de preparación (ese respiro puede ser incluso beneficioso).

Como dice mi amigo Mac, aunque hayas planificado una tirada de 40 k, si un amigo te llama y te dice que salgas a correr con él 10 k, hazlo (pero luego, sigue el plan... Jajajaja)

No hay comentarios:

Publicar un comentario